25 noviembre 2008

Ganó el Tenis

En estos días de exhaltación tenística tras la épica conquista por parte del combinado español de la tercera Davis, se me ha venido a la mente la increíble final de Wimbledon 2008. Una de las mayores demostraciones de deporte que uno ha tenido la oportunidad de ver.

El 6 de Julio de 2008, pocas jornadas después de que la selección española de fútbol se alzase con la Euro 2008, iba a tener lugar en la pista central de Wimbledon la final de la edición del mítico Grand Slam. Se trataba de la final soñada por todos; organizadores, prensa, televisiones, especialistas... y muy especialmente, por el público: de un lado, el jovencísimo veterano Roger Federer (a sus menos de 27 años de vida llevaba más de cuatro siendo el número uno del tenis mundial); al otro, el aspirante, tetracampeón de Roland Garrós, Rafael Nadal.

Venían ambos contendientes de diferentes batallas por conquistar el territorio ajeno. Todas en balde, ya que ni el suizo era capaz de conquistar la arena parisina, ni el español había sido capaz de tomar Wimbledon en las dos ocasiones anteriores.

Y en una final digna de representar a ese maravilloso espectáculo llamado DEPORTE (el noble arte del tenis), tan mancillado y pisoteado por impunes plumillas pelotas de la mano que les da de comer y por analfabetos funcionales que ocultan las miserias de su pobre y desgraciada existencia profiriendo dementes consignas, ambos contendientes pusieron sobre el verde todos los ingredientes. La lucha del maestro, aquel que ostenta el deber de mantener su dominio sobre todo el que ose contravenirlo; la tenacidad del desafiante, quien inconforme con ser eterno segundo se ha decido a, esta vez sí, tomar la última plaza fuerte del enemigo. Punto a punto, golpe a golpe, sorteando lluvia, casi 6 horas de juego e, incluso, la incipiente falta de luz, ambos fueron llevando el partido hasta la muerte súbita. Y ahí, sin límite de puntos, en el quinto y definitivo set, ambos seres, convertidos ya casi en paganas divinidades del presente y futuro deportivo, dieron cuanto tenían, incluso aquello que ni ellos mismos pensaban que podían guardar, en su intentona final de doblegar al adversario.

Finalmente, Nadal se impuso. Y las personas, los individuos Roger y Rafael, estuvieron a la altura del espectáculo que Federer y Nadal acababan de brindar a un mundo que se frotaba los ojos, se restregaba los erizados vellos de su piel. Porque si dificil es saber encajar una derrota con la caballerosidad con la que lo hizo el suizo, aún más a veces parece resultar el saber ganar como lo hizo el manacorí; no solo en la pista, sino en el sentir de todos cuantos pudimos ver como se desbordaba sus sentimientos y agradecía al siempre entendido y dificil público londinense el respeto mostrado.

Lo dicho niños, toda una lección de DEPORTE, con mayúsculas. Os dejo unos enlaces para refrescar memorias

Vídeo en youtube

Resumen del partido en marca.com

25 enero 2008

Los Hermanos Marx (y III)

Frases inconmensurables (suponiendo que este adjetivo indique una propiedad positiva, que no estoy muy seguro ahora mismo)

Aquí he recopilado algunas de las mejores frases y diálogos. Casi todas son de Groucho, y es que siempre está “sembrao”.

El verdadero amor sólo se presenta una vez en la vida... y luego ya no hay quien se lo quite de encima.

Este mundo sería mejor para los niños si fueran sus padres los que tuvieran que comerse las espinacas.

Groucho se dirige a dos damas: "No creo haber visto cuatro ojos más hermosos en mi vida (sin contar los míos). Ustedes dos lo tienen todo: son altas y bajas, delgadas y gordas, rubias y morenas, justo lo que me gusta en una mujer.

Si nos encuentran, estamos perdidos

Groucho intenta evitar que Harpo se beba un frasco de veneno: "¡No se beba eso, cuesta cinco dólares la onza!".

Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros.

Yo encuentro la televisión bastante educativa. Cuando alguien la enciende en casa, me marcho a otra habitación y leo un buen libro.

Todo lo que soy se lo debo a mi bisabuelo, el viejo Cyrus Tecumseh Flywheel. Si aún viviera, el mundo entero hablaría de él... ¿Que por qué? Por que si estuviera vivo tendría 140 años.

He disfrutado mucho con esta obra de teatro... especialmente en el descanso.

Inteligencia militar son dos términos contradictorios.

¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero!... ¡Pero cuestan tanto!

Sólo hay una forma de saber si un hombre es honesto: preguntárselo. Y si responde "sí", entonces sabes que está corrupto.

He pasado una noche estupenda... pero no ha sido ésta.

Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente.

Si sigues cumpliendo años, acabarás muriéndote. Besos, Groucho.
(Felicitación de Groucho a un amigo)

Bob, ya sabes que yo en ti sólo tengo confianza... y muy poca.
(Frase de Groucho a Robert Dwan, director de su programa de TV "You Bet Your Life")

Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien.

Nunca olvido una cara, pero con usted voy a hacer una excepción.

¿Pagar la cuenta?... ¡Qué costumbre tan absurda!

¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a la segunda pregunta.

Groucho: ¿Por qué y cómo ha llegado usted a tener veinte hijos en su matrimonio?
Concursante: Amo a mi marido.
Groucho: A mí también me gusta mucho mi puro, pero de vez en cuando me lo saco de la boca.
(Programa de TV "You Bet Your Life")

M. Dumont: Dime Wolfie, cariño, ¿tendremos una casa maravillosa?
Groucho: Por supuesto, ¿no estarás pensando en mudarte, verdad?
M. Dumont: No, pero temo que cuando llevemos un tiempo casados, una hermosa joven aparezca en tu vida y te olvides de mí.
Groucho: No seas tonta, te escribiré dos veces por semana.

¡Hasta un niño de cinco años sería capaz de entender esto!... Rápido, busque a un niño de cinco años, a mí me parece chino.

Debo confesar que nací a una edad muy temprana.

Bebo para hacer interesantes a las demás personas.

El secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla, está hecho.

El matrimonio es la principal causa de divorcio.

Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…

(Al camarero de un restaurante) "Hoy no tengo tiempo para almorzar. Tráigame directamente la cuenta."

Jamás aceptaría pertenecer a un club que admitiera como miembro a alguien como yo.
Nota: Respuesta de Groucho, a cierto club al que había intentado apuntarse con su verdadero nombre. Tras conocer la verdadera identidad del aspirante trató de rectificar.

La próxima vez que lo vea, recuérdeme no saludarlo.

¿No es usted la señorita Smith, hija del banquero multimillonario Smith? ¿No? Perdone, por un momento pensé que me había enamorado de usted.


Y por último una leyenda urbana, ampliamente aceptada. Se cita frecuentemente como epitafio de Groucho la siguiente frase:

"Perdonen que no me levante".

Sin embargo en su lápida (del Eden Memorial Park, San Fernando, California) sólo se pueden leer su nombre y la fecha de su nacimiento y defunción (1890-1977), así como la Estrella de David.

05 enero 2008

Los Hermanos Marx. 2ª entrega

Pues bien, ya está aquí la segunda entrega de la serie dedicada a los hermanos Marx. Y ha llegado el momento de contestar a la pregunta que no os ha dejado dormir durante todos estos días: ¿era Harpo mudo de verdad?

Pues la respuesta a esta pregunta es negativa (si fuera positiva sería una respuesta optimista, pero entonces no sería tan curiosa). Pues bien, la respuesta es que, al parecer, estaba más guapo calladito. Vamos, que no querían que hablara para que no la cagara (hablando finamente), porque por lo visto cuando hablaba subía el pan. Y esto lo contó él mismo en el libro ¡Harpo habla!, y la verdad es que tuvo que ser un trago un tanto amargo para él:

Mi tío Al escribió “Home Again” y a mí me pareció muy bien excepto por una cosa: no escribió ni una sola línea para mí. Protesté. El tío Al dijo que yo aportaría un maravilloso contraste al espectáculo si actuaba en pantomima. “Al diablo con eso”, dije. Improvisaría todos los parlamentos que quisiera. “Bueno, bueno”, dijo el tío Al. “Hazlo”.El crítico del periódico de Champaign Urbana escribió lo siguiente:

“El hermano Marx que hace el
papel de Patsy Brannigan está
caracterizado y vestido a la
perfección e imita al inmigrante
irlandés de una manera muy
divertida en su pantomima.
Desgraciadamente, el efecto se
pierde cuando habla”.

Cuando leí la reseña comprendí que el tío Al estaba en lo cierto. Simplemente, no podía superar a Groucho o Chico hablando y era ridículo por mi parte intentarlo. Sin embargo, fue un duro revés para mi orgullo. Cuando le dije a mi madre Minnie que nunca volvería a decir una sola palabra en el escenario, se dio cuenta de que me sentía herido y me miró con tristeza y compasión. Pero no me dijo: “Olvídalo, ¿qué sabrá ese tipo?”. No me dijo nada.

Enmudecí. Nunca más dije una palabra, ni en el escenario, ni frente a las cámaras como hermano Marx…

El sucesor de Groucho Marx

¿Has habéis planteado quién sería en la actualidad el sucesor de Groucho Marx? Yo lo tengo claro: el doctor House. Acaso se amilanaría Groucho a la hora de decirle a Cameron: “… Te contraté porque ¡estás como un queso!”

Para apoyar a mi candidato aportaré las siguientes frases. Todas ellas son del doctor House, pero es fácil imaginarlas en la boca de Groucho:

“…¿Preferiría un médico que le coja la mano mientras se muere o uno que le ignore mientras mejora? Aunque yo creo que lo peor sería uno que te ignore mientras te mueres…”

(El doctor Foreman acusa a House de pincharle cada día más): “Pues eso descarta el racismo, ayer eras igual de negro”.

(House a una residente que le dice que está leyendo un cómic mientras habla con ella): “Y tú estás enseñando las tetas con ese top tan escotado. Oh perdona, creí que era un concurso de obviedades, soy muy competitivo”.

(Los médicos que atienden a un político deciden abrirle el cerebro): “Será difícil, lo sé, porque los políticos tienen la costumbre de no llevarlo puesto”.

(A un senador negro que teme no llegar a presidente si se rumorea que tiene sida): “Si le da igual, no llegará a ser presidente. No la llaman la Casa Blanca por el color de la pintura”.

(Cameron se fija en que lleva un bastón nuevo): “Sí, el de la tienda me dijo que adelgazaba: rayas verticales”.

(Los médicos dicen a House que puede que le amputen una pierna y él se niega en redondo): “Me gusta mi pierna, está conmigo desde que era un niño”.

(A una paciente embarazada, cuando le da la noticia de su embarazo, que ella al principio confundía con un engorde raro)
Dr. House: “Tiene usted un parásito”.
La embarazada: “¡¡¡¿¿¿Tengo la solitaria???!!!”
Dr. House: “No, tiene uno de esos parásitos que salen a los nueve meses. Normalmente las mujeres se encariñan con ellos, les compran ropitas, les llevan de paseo y les limpian el culo”.

(a la misma paciente, que aunque está casada está embarazada de su ex novio) “…¿Su ex novio se parece a su marido? Pues tenga el niño, no se enterará. Pasa en las mejores familias, querida. ¿Por qué no en la suya?”

La misma paciente embarazada: “Tengo que hacerle un regalo”.
Dr. House: “A veces el mejor regalo es la gratificación de no volver a verla”.